
La aurora boreal nos ha fascinado desde el principio de los tiempos. A lo largo de la historia, las personas inmersas en la naturaleza en la tierra y en la oscuridad de la noche han contemplado el cielo fascinados por las deslumbrantes bandas de luz verde, roja, amarilla, rosa, púrpura y blanca que dibujan círculos en el cielo. Atribuimos la formación de la aurora a deidades, espíritus y criaturas mágicas. Pero ahora sabemos que son el resultado de partículas energéticas del espacio y del sol que chocan con el campo magnético de la tierra. Estas partículas dejan nuestra estrella en un estado de onda continua conocido como viento solar y, a su vez, son emitidas desde su superficie durante las erupciones solares. Al impactar con el campo magnético de nuestro planeta, las partículas cargadas son expulsadas a la atmósfera (entre unos 95 km y 400 km por encima de nosotros), donde producen una impresionante variedad de colores y formas. Las auroras suelen aparecer primero en un arco que corre de este a oeste a través del cielo. Más tarde en la noche, pueden convertirse en serpentinas ondulantes, orbes pulsantes, una corona de relámpagos que aparece en algún lugar del cielo o manchas de luz dispersas. El hecho de que la aurora boreal pueda cambiar tan dramáticamente en una sola noche lo hace aún más fascinante.
¿Cómo se crean las auroras boreales?
Las auroras ocurren cuando el viento solar cruza la magnetosfera (el área del espacio controlada por el campo magnético de la Tierra) y empuja partículas cargadas (electrones) a través de la atmósfera a altas velocidades. Las partículas corren como niños en busca de partículas de oxígeno y nitrógeno y transfieren su energía a ambos tipos de gas.
El oxígeno y el nitrógeno no retienen esta energía, sino que la liberan de nuevo en forma de fotones, es decir, pequeños destellos de luz. Cuando suficientes partículas bombardean la atmósfera, el oxígeno y el nitrógeno comienzan a emitir suficiente luz para que podamos ver desde la superficie.
¿Qué significan las auroras?
La palabra aurora es de origen latino “aurora” que significa “amanecer” o “alba” y la raíz “aus” expresa “el resplandor del sol naciente”. La aurora es un fenómeno que ilumina el cielo con colores rosas y anaranjados precediendo a la aparición del sol.